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Cómo redactar un contrato de alquiler entre particulares

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A la hora de alquilar una vivienda, es muy aconsejable que las partes redacten un contrato que recoja las condiciones del arrendamiento, ya que poner las condiciones por escrito puede ahorrar problemas entre arrendador y el arrendatario. En este artículo te explicamos cómo redactar un contrato de alquiler entre particulares.

1. Cómo redactar un contrato de arrendamiento entre particulares

No siempre es necesario acudir a un profesional para hacer este contrato ya que basta con seguir una serie de pautas.

Para que un contrato de alquiler esté bien redactado y tenga validez, basta con que contenga una serie de puntos. Son los siguientes:

Lugar y fecha

El contrato comienza con el lugar donde se firma y la fecha. Por ejemplo: «En Madrid, a 6 de marzo de 2022». 

Partes del contrato

Tanto el arrendador como el arrendatario tienen que quedar identificados. Se deben incluir los siguientes datos personales de ambos:

  • Nombre y apellidos
  • Dirección
  • DNI

Esta parte suele empezar con la expresión Reunidos, y a continuación se identifica a ambas partes.

Objeto del contrato

Este apartado suele comenzar con la expresión Manifiestan, y se continúa especificando cuál es el objeto del contrato. En este apartado se hace una descripción de la vivienda que se alquila.

Cláusulas

En esta parte se detallan las estipulaciones que van a regir el acuerdo. Es decir, aquí se reflejan las condiciones del contrato de arrendamiento. En el siguiente apartado te contamos las cláusulas que todo contrato de alquiler debe incluir.

2. Cláusulas que no deben faltar en un contrato de alquiler

Todo contrato de alquiler debe contener una serie de estipulaciones o cláusulas. Se trata de una serie de términos pactados entre arrendador y arrendatario y que regirán el acuerdo entre ambos. Son los siguientes:

Duración del contrato

La Ley marca unos límites en cuanto a la duración del contrato de arrendamiento. Siempre y cuando se respeten dichos límites, las partes pueden acordar la duración que deseen para el alquiler. Hay indicar en qué momento comienza a estar en vigor el contrato.

Renta

Es lo que tiene que pagar el arrendatario al arrendador. También es la que libremente acuerden las partes.

Revisión del precio

La Ley establece que el precio se actualice con el IPC anual. No obstante, si las partes lo desean, pueden acordar otra cosa.

Fianza

La fianza es una cantidad de dinero que el arrendatario pone a disposición del arrendador para responder a posibles contratiempos que surjan durante el alquiler. Una vez que termina el contrato, el arrendador debe devolverle este importe. La fianza es igual a una mensualidad.

Uso de la vivienda

Aquí se especifica el fin del contrato de arrendamiento. Puede tratarse del alquiler de una vivienda para vivir en ella, pero también se puede alquilar un local para negocio.

Conservación

El inquilino tiene que irse de la vivienda llegado el momento dejándola igual que la encontró. Se puede pactar que, en el caso de que se hagan mejoras, el arrendatario reciba un pago por ello. Pero es necesario que esto se acuerde expresamente entre ambas partes.

Gastos/ Impuestos

El arrendador tiene que pagar la comunidad, el alcantarillado, la basura y el IBI. Al arrendatario le corresponden otros pagos, tales como la luz y el agua.

Posibles reparaciones

El uso y mantenimiento de la vivienda conlleva una serie de gastos. Corresponde al arrendatario hacerse cargo de estos. Los demás gastos son responsabilidad del arrendador.

Demora del pago

Es posible, además de muy conveniente, pactar el procedimiento a seguir en caso de que el arrendatario deje de pagar el alquiler.

3. Consejos a seguir antes de firmar el contrato

No sólo es importante el cómo redactar un contrato de arrendamiento de una vivienda. También hay una serie de precauciones que tanto el arrendatario como al arrendador deben adoptar antes de firmar este. Se trata principalmente de las siguientes:

  • El contrato de arrendamiento debe recogerse por escrito. Esto es lo primero y más importante a tener en cuenta. En España también vale el contrato verbal, pero demostrar las condiciones de éste cuando se hace así es prácticamente imposible. Cuando llegan los problemas, no hay manera de acreditar qué es lo que se pactó al respecto. No cuesta nada reflejar por escrito lo acordado y en cambio las consecuencias son muy positivas.
  • La firma también es esencial. Tanto el arrendador como el arrendatario deben firmar todas las hojas del contrato y el avalista también en su caso. Y no solo una copia, sino dos, una para el arrendador y otra para el arrendatario.
  • Antes de firmar, el arrendatario debe encargarse de comprobar el estado de la vivienda. Si firma que esta se encuentra en perfectas condiciones (práctica muy habitual), está afirmando que está conforme con este punto. Para ello, debe comprobar previamente que realmente la vivienda se encuentra en ese estado.
  • También es aconsejable hacer un inventario previo del mobiliario, así como de otros componentes que se puedan encontrar en la vivienda en el momento de entrar a vivir en ella. Una buena idea es que a este inventario le acompañen fotos. De esta manera, el inquilino puede demostrar, al salir de la vivienda, que realmente la deja como se la encontró. Así podrá evitar que el arrendador se niegue injustamente a devolverle la fianza, alegando causas que no sean ciertas.

Más información

Ley de Arrendamientos Urbanos

Ayudas al alquiler